La
importancia ecológica a nivel mundial, empezó a tener una gran relevancia por
los problemas presentes, mediados del Siglo XX en distintas partes del mundo.
Estos problemas, al inicio fueron ignorados, sin embargo, se hicieron mucho más
evidentes, impactando así a todas las personas en general. Su origen fue
causado por el uso irracional de las fuentes de recursos naturales por parte de
la producción, y nuestro consumo.
Para
que pusiera el tema en el debate y en la óptica mundial, se realizaron
importantes parlamentos a nivel mundial, cuyo fin era debatir y cuestionar el
camino del Siglo XXI (Amor, 1998). En la parte del medio ambiente. Los teóricos
ambientalistas y pensadores, mantuvieron distintas participaciones,
donde se comprometieron a nivel mundial para concientizar sobre la
problemática. Un punto importante fue que erróneamente se había asumido una
posición sólida, en los años 60s, que mencionaba lo siguiente: «los recursos
naturales son fuentes de consumo inagotables», premisa que después se falseo,
debido que habían percibido casos, que los recursos eran (in) renovables.
Dentro de estos casos,
estaba señalado la explotación de los recursos naturales, agotando la
renovación de las fuentes naturales. Ríos secos, derrames de petróleo, erosión
de los suelos por citar algunos.
La
primera causa de estos retos, se expone el modelo económico actual, el
capitalismo. Siendo este el responsable. Los cambios grotescos que se han
percibido a principios y finales del Siglo XXI, han puesto en duda, el llamado
“progreso” industrial. Dado que la consecuencia ha sido el impacto que ha
afectado, en las zonas de residencia donde estas operan. Las empresas de origen
transnacional o no, extraen casi la mayoría de sus productos por
medio de recursos naturales. Por ejemplo el caucho, derivado de petróleo, el
vidrio, la madera, electricidad y entre otros, que de manera partidaria, estos
materiales forman parte del ecosistema.
La
extracción de estos materiales enfatizó el deterioró energético. Siendo una
urgencia vital (Amor, 1998). El sistema económico actual, ha provocado que se
“naturalice” el enfoque de la demanda (consumo) y la oferta (producto) por
medio de las fuentes del mercado. Al instaurarse este actual sistema económico,
generó dependencia, imposibilitando otros modelos económicos más sustentables.
Se podría pensar que no puede existir otro modelo económico. Esto ha traído
bastante debate, porque no posibilita que se habrán otros espacios de mercado.
La
extracción de materiales y de recursos naturales dentro de las posibilidades,
es que poseen un límite. En numerosas oportunidades, cuando el límite sobre
pasa la demanda, suceden grandes catástrofes, como inundaciones, sequias
prolongadas, plagas, fríos inviernos, erosión de los suelos, infertilidad de
los suelos, que fueron causadas por el ser humano, como medio de explotación
económico. Como consecuencia a estos actos «anti-ecológicos», produce una
inestabilidad social, por el faltante de recursos primarios que son a la vez
necesarios para poder subsistir.
Mucho
de los problemas existentes, que se presentan en la actualidad, son causados
por la producción industrial a gran escala. Es más evidente que la
extracción a minería a cielo abierto, la utilización de agroquímicos,
explotación ganadera, la creación de microprocesadores, el plástico por citar
uno de tantos ejemplos. Ha sido puntos de vista con fines comerciales, su
impacto ha sido destructiva y más dañina que antes. Tomando como principal
punto que el consumo de los bienes son cada vez más numerosos.
Los
productos de consumo para el ser humano, en su mayoría son extraídos de fuentes
primarios por medio de recursos naturales, por lo cual la extracción de ellos,
es inevitable. La escalonada producción mundial, por parte del modelo económico
se come la ecológica, el consumo irracional es vía como la única solución
posible que se tiene.
Pero
¿cómo puede ser posible que se cambie este modelo, o hacerlo mucho más
razonable? Una posible es por medio de generar espacios de reflexión, en los
centros educativos. Al habilitar espacios de diálogos, estos funcionan como
centros de cambio de conciencias y de hábitos. Por ello, al dar concepto de que
el problema es real, por medio de la educación, serviría como agente de cambio
social. A mí juicio, pienso, que sería vital que se habilite espacios de
reflexión en los centros educativos, y a la vez en zonas regionales
incentivando así una mayor conciencia en la colectividad de las personas.
Por ello señalo tres puntos
de los retos de la ecología del presente siglo:
- Gestionar materiales de
consumo que sean sustentables.
- Racionalizar el consumo a
gran escala.
- Buscar otro tipo de
energías que sean renovables.
Estos puntos que sean
mediados en los centros educativos, y también en zonas comunitarias.
Fuentes Bibliográfica:
Amor, J. (1998). Ecología.
10 palabras claves en Ecología. Editorial. Navarra Verbo Divino. Madrid:
España
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