sábado, 25 de julio de 2020

CONCEPCIONES SOBRE EL BIEN Y EL MAL

El bien puede ser entendido de diversas formas y no todas competen al campo de la ética; al respecto ya hemos revisado algunas concepciones sobre el bien y el mal moral cuando abordamos el tema “Criterios para distinguir lo bueno de lo malo” (pág. 121).
El bien puede ser entendido en sentido ontológico. Desde este punto de vista cabe hablar de la Bondad de los entes; entendiéndose por ello que “todo ser es bueno”. Esto significa que todo ser, por el hecho de existir ya encierra en sí alguna bondad y es bueno para alguna cosa, contribuyendo en alguna forma a la armonía y la perfección del universo. De acuerdo a esta concepción ontológica, el mal no existiría ya que debería ser algo que signifique degradación o vaciedad de ser.
Entendido desde el plano físico, podemos decir que existen seres con mayor bondad que otros, ya que algunas cosas son físicamente más perfectas que otras, y -sin embargo- no todas las cosas son buenas para todo; así, una buena bicicleta no es tan perfecta en comparación con una buena motocicleta; una silla perfecta resulta muy mala como medio de transporte si se trata de subir diez pisos por una escalera.
El bien, además, puede ser entendido en su utilidad; así, hay bienes que buscamos porque son deseables para alcanzar otros bienes mucho mejores: una bicicleta con marco de titanio es deseable porque la ligereza de su peso contribuirá a un mejor rendimiento deportivo en competencias de alta velocidad.
EL BIEN ES OBJETO DE NUESTRO AFÁN
CONSTANTE. NO NACEMOS COMO POSEE-
DORES DEL BIEN, SINO COMO BUSCADORES
CONTANTES DE ÉL.

Pero este mismo objeto podrá result
ar malo para una competencia de bicicross. Además, hay cosas que, siendo buenas, no son deseables porque implican maldad en cuanto a su utilidad: una buena pistola puede ser considerada mala en cuanto a que posibilita la ejecución de acciones malas.
Los seres humanos buscamos algunas cosas por la satisfacción que nos provocan, en este caso se trata del bien entendido como “lo placentero”. Pero el hecho de que nos atraigan no significa que al acogerlas estemos haciendo el bien; así, para un fumador, el cigarrillo es un bien placentero, pero el hecho de fumar implica un mal moral.
Hay bienes que contribuyen perfectamente a nuestra realización integral como personas, se trata de los denominados “bienes apropiados”, tales como una acción justa, una conversación constructiva, etc. En este sentido, los bienes placenteros podrían convertirse en males cuando no son apropiados para alcanzar nuestro perfeccionamiento.

REFERENCIAS: Ministerio de Educación. (2015). Desarrollo del Pensamiento Filosófico. Quito: Ecuador. Maya Ediciones. pp. 129.

VIDEO DE REFERENCIA BUENAS ACCIONES, BUENOS RESULTADOS. (5 MIN)


No hay comentarios.:

Publicar un comentario