
La balanza llega, en la
mayoría de los casos en un des-equilibrio, arrastrando así a un camino de la
expropiación, y la finalidad de los recursos primarios, agotándose propiamente.
Los países en vías de
desarrollo, tiene la ventaja que cuentan con riquezas naturales; cosa que
difícilmente poseen los países desarrollados. Dado que las potencias
mundiales han utilizado al máximo el uso de estos recursos, llegando al tal
extremo de agotar las fuentes energéticas. La expropiación de los recursos a
cambio de riqueza, no ha sido repartido de manera equilibrada, la riqueza va
dirigido a la industria que lo expropia y lo extrae. Esto viene a la
preguntarse la siguiente pregunta: ¿a quién le compete racionalizar los
recursos naturales?
Los países en vías de
desarrollo dependen de una gran mayoría de la industria de los
países desarrollados. De manera mutua los recursos primarios son
producidos y consumidos entre ambos.
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