domingo, 22 de enero de 2023

Sobre la verdad, realidad y veracidad

Dentro del plano sobre ¿Qué es la verdad? Es un problema que se ha centrado la filosofía en contestar, pues ha sido objeto de amplia reflexión. Una pregunta, si bien cierto con características banales, placenteras o de entretenimiento, lo cierto es que invita a las personas, que no han tenido contacto con la filosofía, a acercarse a ella y a cuestionarse.

El concepto sobre «¿Qué es la verdad?» les ha dado contestación a varios pensadores y es punto de lanza cuando la persona inicia sus primeros pasos en el cuestionamiento filosófico. Tenemos por ejemplo a Sócrates, que, por medio de los Diálogos de Platón, nos podemos dar una idea de cómo era su pensamiento, pues a pesar que Sócrates no dejó nada escrito, según las anécdotas manifestadas por sus discípulos (incluyendo a Platón) problematizo diversos contenidos para encontrar la verdad, en temas importantes de la época antigua de la Grecia Clásica por medio del diálogo. Utilizando el método de la mayéutica.

Este método de introspección consistía en entablar una conversación, y por medio de preguntas y analizar el diálogo sobre qué contenido estaba estructurado la argumentación, de manera cuidadosa estudiaba el contenido de los argumentos de los debatibles (personas que estaban conversando) sobre el problema en estudio, para llegar a una claridad ante los problemas que se estaba esgrimiendo a la hora ejecutar la conversación. Sócrates con sus interlocutores discernían la verdad por medio de preguntas mediante el diálogo.

Además de Sócrates, tenemos una largo tradición de pensadores como Platón, Aristóteles sobre el tema de investigación. Como Francis Bacon, Descartes y Nietzsche por citar ejemplos o hasta Wittgenstein que utilizaba la lógica analítica para analizar la verdad de una forma mucho más cualificada, dentro de la historia de la filosofía occidental. Ante esta herencia intelectual por parte de estos pensadores, nos ofrece una serie de herramientas por medio del cuestionamiento. En ella son importantes para derrumbar mitos -ya establecidos- que ya de por sí son impuestos por la sociedad de la época y darle otra serie de contestación.

Lo cierto del caso ante esta tradición, la verdad, se ha establecido como un concepto único. Pero cuando se pone a prueba mediante cuestionamientos puede parecer contradictorio para manifestar su veracidad. Pues la propia realidad puede manifestarse paradójica o contradictoria al mismo tiempo. Es decir, cuando se describe el fenómeno que observamos y lo comparamos con los hechos.

Hoy en día Siglo XXI, en el contexto digital, es más que necesario establecer dos ideas centrales sobre la realidad y veracidad, para establecer el vínculo de verdad que establecía los pensadores. Pues muchos jóvenes y también adultos (ya nacidos en el año 2000 en adelante) interpretan su realidad por medio de dispositivos móviles específicamente en las redes sociales (Facebook, Google, Tik tok) y otras aplicaciones de información masiva. Los datos que son enviados y “bombardeados” de forma intensiva, procesan en información de forma “masificada” haciendo un volumen gigante para la selección de datos, enjuiciando la información -subjetiva- más relevante pero con la ardua tarea de interpretarlo con la mayor claridad posible de la información recolectada, y a ello viene la idea de la veracidad. Sobre que entendemos sobre “verdad”.

Antes de continuar sobre el concepto de veracidad, sobre hay que pasar con la segunda sección «¿Qué es la realidad?» y además es totalmente debatible. Pues se sabe que lo “real” es lo “real”, pero la paradoja esta situada que mi realidad es distinta a su realidad y en ello es un tema propio que le compete problematizarlo desde la filosofía. Ello, no significa que realizar este tipo de preguntas sean preguntas banales o sin sentido, más bien es todo lo contrario porque constantemente el ser humano sigue haciendo preguntas que son pertinentes y que nacen de una propia motivación.



Ante esta realidad digital, los jóvenes y adultos de hoy en día, somos los grandes consumidores de las empresas y los medios masivos de publicidad. Lo difícil es esclarecer que si los medios que uno consume es información oportuna o útil o es mero contenedor de residuos de información. Un ejemplo de ello es cuando lo vemos en la publicidad; vemos un pastel o una fruta hidratada en la presentación de una caja, pero a la hora de abrirlo solamente vemos el artículo, seco, pequeño y “ahí” situado. Cada vez vemos comidas más jugosas, precios más bajos y consumismo más personalizado por medio del uso de dispositivos móviles. Y lo más comprometido es que, todo, absolutamente TODO está al alcance de un solo “click” y en la palma de la mano, y por si fuera poco puede ser entregado en la puerta de la casa a comodidades del cliente. Siendo más placentero y a la vez más instantáneo.

La veracidad desde este punto de vista es analizar la información de forma selectiva ¿Será que la información que recibimos me será útil? ¿Me aporta la información que estoy recibiendo? ¿Qué información puede ser provechoso o desechable? Y entre otras preguntas, ya que tenemos a un sujeto que está construyendo su realidad cada vez más personalizada a partir de los medios de información masiva y a la vez también más generalizadas, por ejemplo, cada vez vemos noticias que sus aportes son información estandarizada y estos son reproducidos por otras fuentes informativas de noticias a nivel global. Ante este recibo masivo, existe muy poco tiempo para interrogar las fuentes de información y veracidad.

Por último, es analizar sobre la importancia de verificar el contenido de la información entre falso y verdadero. Ante esta paradoja sobre la realidad, es necesario fomentar el pensamiento filosófico, con el objetivo de despejar y analizar las fuentes de información. Pues al no tener tiempo para poder reflexionar muchas personas asumen que esta es la mejor decisión, pues conlleva además que no se meditó bien a la decisión para elegir la mejor alternativa dentro de los posibles escenarios.

Ante esta simple triangulación: verdad, realidad y veracidad ha sido uno de los desafíos que ha prevalecido la filosofía dentro de la aplicación de su enseñanza.

Todos podemos concluir que la educación tiene sus propios fundamentos para poder educar. Sin embargo, es necesario prevalecer en fomentar al estudiante o la persona pueda pensar por sí mismo pueda prevalecer un cuestionamiento propio en cualquier campo del saber y que le motive a continuar con la construcción de su conocimiento, hacia la propia idea de libertad de su pensamiento.

En conclusión, podemos resumir lo siguiente en dos desafíos:

a) Hoy en día muchos jóvenes y adultos están absorbidos en tanta masificación de medios publicitarios. Lo que causa que tienen menos tiempo para pensar y reflexionar la información, provocando, además, que su propio pensamiento se va moldeando a lo que menciona las pautas que dicta el mercado de consumo masivo.

b) Existen muy pocos espacios en el campo de la educación formal en donde se den espacios de filosofía y además de fomentar el interés por la materia. Herramienta que es más que necesaria en el contexto de la era digital.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario