Dentro del plano sobre ¿Qué es la verdad? Es un problema que se ha centrado la filosofía en contestar, pues ha sido objeto de amplia reflexión. Una pregunta, si bien cierto con características banales, placenteras o de entretenimiento, lo cierto es que invita a las personas, que no han tenido contacto con la filosofía, a acercarse a ella y a cuestionarse.
El concepto sobre «¿Qué es la verdad?»
les ha dado contestación a varios pensadores y es punto de lanza cuando la
persona inicia sus primeros pasos en el cuestionamiento filosófico. Tenemos por
ejemplo a Sócrates, que, por medio de los Diálogos de Platón, nos podemos dar
una idea de cómo era su pensamiento, pues a pesar que Sócrates no dejó nada
escrito, según las anécdotas manifestadas por sus discípulos (incluyendo a
Platón) problematizo diversos contenidos para encontrar la verdad, en temas
importantes de la época antigua de la Grecia Clásica por medio del diálogo.
Utilizando el método de la mayéutica.
Este método de introspección consistía
en entablar una conversación, y por medio de preguntas y analizar el diálogo sobre
qué contenido estaba estructurado la argumentación, de manera cuidadosa
estudiaba el contenido de los argumentos de los debatibles (personas que
estaban conversando) sobre el problema en estudio, para llegar a una claridad
ante los problemas que se estaba esgrimiendo a la hora ejecutar la conversación.
Sócrates con sus interlocutores discernían la verdad por medio de preguntas
mediante el diálogo.
Además de Sócrates, tenemos una largo
tradición de pensadores como Platón, Aristóteles sobre el tema de
investigación. Como Francis Bacon, Descartes y Nietzsche por citar ejemplos o
hasta Wittgenstein que utilizaba la lógica analítica para analizar la verdad de
una forma mucho más cualificada, dentro de la historia de la filosofía
occidental. Ante esta herencia intelectual por parte de estos pensadores, nos
ofrece una serie de herramientas por medio del cuestionamiento. En ella son
importantes para derrumbar mitos -ya establecidos- que ya de por sí son impuestos
por la sociedad de la época y darle otra serie de contestación.
Lo cierto del caso ante esta
tradición, la verdad, se ha establecido como un concepto único. Pero cuando se
pone a prueba mediante cuestionamientos puede parecer contradictorio para
manifestar su veracidad. Pues la propia realidad puede manifestarse paradójica
o contradictoria al mismo tiempo. Es decir, cuando se describe el fenómeno que
observamos y lo comparamos con los hechos.
Hoy en día Siglo XXI, en el contexto
digital, es más que necesario establecer dos ideas centrales sobre la realidad
y veracidad, para establecer el vínculo de verdad que establecía los pensadores.
Pues muchos jóvenes y también adultos (ya nacidos en el año 2000 en adelante) interpretan
su realidad por medio de dispositivos móviles específicamente en las redes
sociales (Facebook, Google, Tik tok) y otras aplicaciones de información masiva.
Los datos que son enviados y “bombardeados” de forma intensiva, procesan en
información de forma “masificada” haciendo un volumen gigante para la selección
de datos, enjuiciando la información -subjetiva- más relevante pero con la ardua
tarea de interpretarlo con la mayor claridad posible de la información
recolectada, y a ello viene la idea de la veracidad. Sobre que entendemos sobre
“verdad”.
Antes de continuar sobre el concepto
de veracidad, sobre hay que pasar con la segunda sección «¿Qué es la realidad?»
y además es totalmente debatible. Pues se sabe que lo “real” es lo “real”, pero
la paradoja esta situada que mi realidad es distinta a su realidad y en ello es
un tema propio que le compete problematizarlo desde la filosofía. Ello, no
significa que realizar este tipo de preguntas sean preguntas banales o sin
sentido, más bien es todo lo contrario porque constantemente el ser humano
sigue haciendo preguntas que son pertinentes y que nacen de una propia
motivación.
Ante esta realidad digital, los
jóvenes y adultos de hoy en día, somos los grandes consumidores de las empresas
y los medios masivos de publicidad. Lo difícil es esclarecer que si los medios
que uno consume es información oportuna o útil o es mero contenedor de residuos
de información. Un ejemplo de ello es cuando lo vemos en la publicidad; vemos
un pastel o una fruta hidratada en la presentación de una caja, pero a la hora
de abrirlo solamente vemos el artículo, seco, pequeño y “ahí” situado. Cada vez
vemos comidas más jugosas, precios más bajos y consumismo más personalizado por
medio del uso de dispositivos móviles. Y lo más comprometido es que, todo,
absolutamente TODO está al alcance de un solo “click” y en la palma de la mano,
y por si fuera poco puede ser entregado en la puerta de la casa a comodidades
del cliente. Siendo más placentero y a la vez más instantáneo.
La veracidad desde este punto de vista
es analizar la información de forma selectiva ¿Será que la información que
recibimos me será útil? ¿Me aporta la información que estoy recibiendo? ¿Qué
información puede ser provechoso o desechable? Y entre otras preguntas, ya que
tenemos a un sujeto que está construyendo su realidad cada vez más
personalizada a partir de los medios de información masiva y a la vez también
más generalizadas, por ejemplo, cada vez vemos noticias que sus aportes son
información estandarizada y estos son reproducidos por otras fuentes
informativas de noticias a nivel global. Ante este recibo masivo, existe muy
poco tiempo para interrogar las fuentes de información y veracidad.
Por último, es analizar sobre la
importancia de verificar el contenido de la información entre falso y
verdadero. Ante esta paradoja sobre la realidad, es necesario fomentar el
pensamiento filosófico, con el objetivo de despejar y analizar las fuentes de
información. Pues al no tener tiempo para poder reflexionar muchas personas
asumen que esta es la mejor decisión, pues conlleva además que no se meditó
bien a la decisión para elegir la mejor alternativa dentro de los posibles escenarios.
Ante esta simple triangulación:
verdad, realidad y veracidad ha sido uno de los desafíos que ha prevalecido la
filosofía dentro de la aplicación de su enseñanza.
Todos podemos concluir que la
educación tiene sus propios fundamentos para poder educar. Sin embargo, es
necesario prevalecer en fomentar al estudiante o la persona pueda pensar por sí
mismo pueda prevalecer un cuestionamiento propio en cualquier campo del saber y
que le motive a continuar con la construcción de su conocimiento, hacia la
propia idea de libertad de su pensamiento.
En conclusión, podemos resumir lo
siguiente en dos desafíos:
a) Hoy en día muchos jóvenes y adultos
están absorbidos en tanta masificación de medios publicitarios. Lo que causa
que tienen menos tiempo para pensar y reflexionar la información, provocando,
además, que su propio pensamiento se va moldeando a lo que menciona las pautas
que dicta el mercado de consumo masivo.
b) Existen muy pocos espacios en el
campo de la educación formal en donde se den espacios de filosofía y además de fomentar
el interés por la materia. Herramienta que es más que necesaria en el contexto
de la era digital.