A modo de bombardeo de imágenes, como es propio del
mundo de los mass media, Teresa Aguilar nos muestra la encrucijada de la
filosofía actual, tanto las nuevas propuestas tecnófilas como los desesperados
intentos tecnófobos por mantener una supuesta esencia humana capaz de
permitirnos regresar a una hipotética época paradisíaca. En este ensayo expone
de forma rápida y concisa las tesis más relevantes de los últimos años sobre
las relaciones entre tecnología, cuerpo y naturaleza, enlazándolas en sucesivas
ocasiones con la tradición filosófica occidental. Desde las filosofías del
cuerpo y la tecnología conecta con las posibles consecuencias políticas,
sociales y artísticas de un futuro bastante probable. Se trata de un ensayo
vertiginoso, plagado de imágenes y neologismos futuristas, que muestra el
camino tomado por el ser humano hacia una nueva condición alienante, pero
también prometedora. Ontología Cyborg es un atlas anatómico forense de un
organismo humano que ha quedado obsoleto, extremadamente limitado para existir
en una sociedad poshumana marcada por el avance de la tecnología y el
descubrimiento más revolucionario de los últimos milenios: el código genético.
Este atlas detallado mantiene como columna vertebral la filosofía de Donna
Haraway, desde ella Teresa Aguilar va componiendo un corpus de filosofía actual
que conecta con los antecedentes, seguidores, detractores y propuestas
alternativas más representativas. Se trata del acta de defunción de la
filosofía del organismo y de la política organicista que ha acompañado al ser
humano durante toda su historia. La ciencia y la biotecnología han cambiado por
completo las posibilidades evolutivas del ser humano, expandiendo sus límites
hasta el punto de transgredir los que había establecido la biología
tradicional. Desde las perspectivas que plantean la biotecnología, la
cibernética y la informática, la muerte del ser humano parece inminente, el
futuro se revela como el ámbito de un nuevo ser evolucionado, proteico e
ilimitado, que exige otra ontología. En esta nueva era el ser poshumano es
entendido como información modificable, transferible e intercambiable, capaz de
transgredir la frontera que en otro tiempo conformaba la piel, así como el
sometimiento y las frustraciones que ésta suponía. Pero la preocupación
filosófica de este ensayo no se restringe al cuerpo humano, sino que llega
hasta el cuerpo social y político, a las estructuras de dominio que podrían constituir
el capitalismo que viene.
El ensayo está dividido en diez capítulos: Cyborgs,
Cuerpo Textual, Ciberespacio y Cuerpo Virtual, La Teoría Transhumanista,
Tecnofobias y Tecnofilias, El Binomio cultura-naturaleza, Ciberfeminismo y
Ecofeminismo, Tecnología y Cuerpo en el Arte Contemporáneo, El Cuerpo Obsoleto
de Stelarc, y Orlan y El Teatro Anatómico de la Posmodernidad. La filosofía de
Donna Haraway es la nota común que todos ellos comparten y con la que relaciona
una gran variedad de filosofías, propuestas sociales, artísticas y políticas.
Muchos de los autores aparecen en varios capítulos y sus tesis se van
desarrollando paulatinamente, teniendo en cuenta su aceptación o rechazo de la
tecnología como un medio eficaz para mejorar la vida de la humanidad, su
aceptación o rechazo del mundo terrenal y del cuerpo que nos vincula a éste, y
su aceptación o rechazo de una esencia capaz de definir al ser humano. Donna
Haraway y muchas de las propuesta afines a su filosofía, como la recreación
artística del mundo de Rifkin, la nueva arquitectura civil asociada al
ciberespacio de Ascott, el ciberfeminismo de Shulamith Firestone o las
propuestas artísticas de Orlan y Stelarc mantienen una posición favorable al
uso de la tecnología aplicada al propio cuerpo y al entorno que nos rodea,
entendiéndola como un medio para ampliar las posibilidades de la humanidad,
capaz de evitar muchos de los sufrimientos que padece y de mejorar su calidad y
cantidad de vida. Consideran que la tecnología destruirá las estructuras de
dominio globales, basadas en el género, la raza y el sexo. Con la mejora
tecnológica del cuerpo el ser humano pasará a convertirse en un híbrido,
ampliando sus posibilidades físicas y mentales al asociarse con lo no orgánico
o con otras formas orgánicas. Para todos ellos la realidad es información
modificable, texto susceptible de ser reescrito, desde lo inorgánico hasta
cualquier organismo vivo puede ser recreado por el ser humano. Debido a esto
conceden una especial atención al lenguaje, tanto al código hablado y escrito
como al genético; ambos deben modificarse para hacer del mundo un lugar más
justo, libre y habitable. Esta posición conlleva el rechazo de una esencia
capaz de definir al ser humano, mantienen que es un ser con posibilidades
infinitas y lo que mejor le define es su potencialidad ilimitada para hacer de
sí mismo lo que quiera, la imposibilidad de restringir su ser a una esencia.
Finalmente, estas teorías suponen la afirmación del cuerpo y el deseo de
habitar este mundo. Es una postura materialista para la que el cuerpo humano se
encuentra inseparablemente unido a la mente. Por ser algo material y legible,
puede ser manipulado y modificado desde su estructura genética hasta su
superficie biomecánica, lo que implica que todas estas teorías apuesten por la
recreación del ser humano y de su entorno físico.
Otra serie de propuestas filosóficas, sociales,
políticas y artísticas que Teresa Aguilar va exponiendo a lo largo del ensayo
difieren en alguno de los tres puntos con las anteriores. La filosofía
denominada anarcoprimitivismo por la autora conquense y representada
paradigmáticamente por Zerzan, el ecofeminismo esencialista, el transhumanismo,
la física cristiana de Tipler, el net art y el ciberfeminismo utópico
supondrían un rechazo radical del mundo y un intento desesperado por escapar de
él. Todas ellas mantienen una concepción abstracta de la esencia humana, que
para Zerzan y el ecofeminismo esencialista habría que buscar en la naturaleza
material, en el cuerpo biológico y no manipulado por ningún tipo de tecnología,
mientras que el resto aboga por escapar de este mundo mediante la huida del
cuerpo natural, al ser el elemento que nos vincula al sufrimiento, la opresión
y la decadencia. Para éstos la esencia humana radica en la mente, lo único
valioso que hay que extraer de la limitación material, porque en ella se
encuentra la realidad tanto del ser humano como del mundo. Según Aguilar, la
diferencia entre las tesis que podríamos llamar naturalistas y las que apuestan
por una existencia puramente mental en el ciberespacio es su postura ante la
tecnología. Por una parte, los naturalistas rechazan su utilidad para mejorar
la existencia humana, por otra, los amantes del ciberespacio la tienen como
algo imprescindible para mejorarla, capaz incluso de abrirnos una puerta a la
inmortalidad. Su postura ante la tecnología sitúa a estas teorías utópicas en
los polos opuestos del regreso al Paleolítico, a una existencia sin lenguaje,
sin arquitectura y, en definitiva, sin civilización del anarcoprimitivismo y a
la creación de una nueva por parte de quienes consideran el ciberespacio como
el no-lugar de la liberación.
Otros autores como Virilio, Kac, Baudrillard,Sloterdijk,
Arzoz y Augé, aunque mantienen posturas cercanas a Haraway, también advierten
de los peligros de un futuro bastante probable marcado por las modificaciones
tecnológicas dentro de las estructuras sociales existentes. Con ellos Teresa
Aguilar nos advierte del control al que puede ser sometido el ser humano del
futuro, de las desagradables consecuencias para el contacto humano que puede
ocasionar la expansión del ciberespacio en Occidente, de los nuevos enfoques
religiosos asociados al ciberespacio y de la posibilidad real de creación
eugenésica de una raza dominante basada en el poder económico.
Con todo ello, este ensayo es capaz de ofrecer al
lector una visión panorámica de las corrientes filosóficas más actuales,
conectando con temas clásicos de la filosofía occidental, desde la perspectiva
que abren los últimos avances tecnológicos. Y presenta una información clara y
concisa de las principales tesis de algunos de los pensadores más influyentes
de los últimos treinta años, capaz de iniciar a cualquier profano en la
filosofía de la era biotecnológica.
Escrito por: Israel Nájera Aliende. Azafea. Rev.
filos. 12, 2010, pp. 227-229.
Libro: Ontología Cyborg: de TERESA AGUILAR GARCÍA.
AÑO: 2008
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