Una espesa neblina se dispersaba en el poblado de noche. El
faro estaba iluminando cerca la parada del autobús. En ese lugar, solo, se
situaba un hombre sentado. Esperando para dirigirse a su destino. Para
entretenerse portaba una radio y escuchaba su emisora favorita. Música
melancólica para olvidar sus penas de su pasado y no sentirse solo.
El faro seguía iluminando la neblina y la emisora radial acallaba el silencio.
-FIN-
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